Estoy sentado en una plaza. ¿Cómo he llegado aquí?, no recuerdo. En mi
mano, una botella de vino medio vacía. Escucho
a la gente que pasa a mi lado, no oigo lo que dicen, solo veo su mirada de
repulsa.
––Buenos días–– dice una anciana al pasar.
––Buenos días––respondo con voz quebrada.
Como he llegado a esta situación, no lo sé. Perdí mi trabajo, mi familia, mis amigos… Empecé bebiendo copas de vino y
acabe siendo expulsado de los bares.
En mi mente hay una idea: salir de esta situación. Doy un trago, la vida
sigue, yo no.
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